jueves, 25 de noviembre de 2010

CRECER EN LA VIDA ESPIRITUAL


Algunos puntos concretos para crecer en la vida espiritual
P.Nicolás Schwizer
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1. No hay prácticas religiosas más importantes o más fecundas que la Eucaristía. Para alguien que aspira seriamente a la perfección, es lo más valioso. El caso ideal sería la Eucaristía diaria. Pero ya sería un avance notable, proponérselo una o dos veces durante la semana. Probablemente nos hace falta convencernos más del valor infinito de este sacramento, conocer mejor su contenido, sus partes.

2. El Rosario. Es una oración que presupone sencillez y debemos hacerla de forma sencilla. Es difícil decir cada palabra conscientemente. Más fácil es meditar el misterio respectivo, sin fijarse en cada palabra. A través de la repetición se crea un clima interior que hace vibrar sobre todo el subconsciente y los afectos del alma. Vemos el gran éxito de la Campaña del Rosario. Se han dado ya muchos milagros de transformación, de apertura, de reconciliación personal y familiar. Todo esto nos invita a reflexionar sobre la eficacia y fecundidad de esta oración tan querida por la Virgen María.

3. Otro punto importante me parece ser la lectura espiritual. Tengo la impresión de que a muchos les cuesta leer. No sé si es falta de interés, falta de motivación o falta de orden y organización que lo impide.

Pero pienso que todos podrían encontrar un momento para hacer una breve lectura diaria. Creo que un laico comprometido, no puede vivir a la altura de su misión sin cultivar la lectura. El Padre Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt, trae como ejemplo a José Engling. Él dependía mucho de la lectura. Sobre todo biografías de santos o grandes devotos de la Virgen adquirían mucha importancia en su vida: le encendieron interiormente y le impulsaron al camino de la santidad. Nos recomienda especialmente la lectura sobre María. Porque Ella despierta en nosotros fuertes impulsos que nos empujan hacia las alturas, hacia la santidad.

4. Otra sugerencia es hacer diariamente una breve meditación. El sentido de ello es, unir nuestra vida práctica con Dios, mantener en medio del mundo el contacto con Él.

¿Y cuál puede ser el tema de esa meditación? Por ejemplo un acontecimiento importante del día, una sugerencia que recibimos de alguien, una idea que surgió de la lectura, un problema que encontramos en nuestro camino.

Y tratamos de encontrar a Dios en los sucesos de la vida: sobre todo en mi vida personal, pero también en la vida matrimonial y familiar, en los acontecimientos del mundo. Si vemos la vida con los ojos de la fe, descubrimos que en cada detalle y suceso puede haber una intervención de Dios.

Tenemos que aprender a dialogar con Dios sobre las cosas diarias de nuestra vida. El P. Kentenich opina que seríamos más serenos interiormente y más sanos psíquicamente, si nuestros problemas diarios los lleváramos hacia Dios, los conversáramos con Él. En eso debemos buscar un trato más cercano, más espontáneo, más sencillo y filial con el Señor.

Y al final sacar alguna conclusión: ¿Qué quería decirme Dios con esto? ¿Qué respuesta espera de mí? ¿Qué me pide que haga o cambie?

5. Otro punto recomendado es el examen de conciencia nocturno. Tiene su importancia en nuestra lucha por la madurez cristiana. Porque en él pretendemos tener una visión de conjunto rápida de nuestras debilidades y faltas diarias. Y esa visión de conjunto tiene que convertirse en una vivencia de la propia pequeñez y miseria que, a su vez, nos invita a una entrega filial al Padre de la misericordia.

Así el examen de conciencia responde también al anhelo profundo del hombre sano: darse ante alguien tal cual uno es, con el alma desnuda, para ser conocido y aceptado en toda su realidad. Esto es sicológicamente muy importante para la higiene del alma y tiene una fuerte repercusión también en el crecimiento de la filialidad.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Es el rosario una oración habitual para mí?
2. ¿Qué me parece el propósito de participar en una Eucaristía extrasemanal?
3. ¿Acostumbro a buscar a Dios en mi día a día?

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